lunes, 23 de mayo de 2011
El peronismo hoy
El kirchnerismo se mira en el peor espejo del pasado
31/03/11 El peronismo de 1946 a 1955 motorizó hechos positivos para el país. Pero su matriz autoritaria y la amenaza a las libertades y al Estado de derecho reaparecen siempre. PorLuis Alberto Romero
Recuerdo con nostalgia las ilusiones de 1983 : finalmente tendríamos democracia con república, instituciones, Estado de derecho, pluralismo, disenso y consenso. El “Nunca más” no solo se refería al terrorismo del Estado: también a todo un contexto político e ideológico que lo había hecho posible y lo había naturalizado. Recuerdo también la desilusión de los años siguientes . El avance sostenido, desde 1989, del Poder Ejecutivo sobre las instituciones republicanas. La baja calidad de la política, la corrupción gubernamental, la debilidad de una ciudadanía carcomida por la pobreza. Más recientemente, veo las libertades amenazadas y el Estado de derecho en cuestión . Me pregunto hasta dónde vamos a llegar, y si aún hay más peldaños por descender. Un historiador angustiado suele buscar en el pasado la clave del presente. Como los gobiernos peronistas actuales tienen bastante que ver con estos problemas, vuelvo a mirar el primero de los gobiernos peronistas, entre 1946 y 1955 . No toda la clave está allí, pero sí una buena parte. Pero las cosas malas, o las buenas, no están todas juntas. Y en el primer gobierno peronista hay mucho de positivo, que conviene recordar antes de avanzar en otros temas. El primer peronismo completó la construcción ciudadana iniciada en 1912, con el voto femenino. Además, dio un impulso vigoroso a la democratización social: el reconocimiento de los sindicatos, la extensión del bienestar, la justicia social. Cada cosa tuvo sus matices y bemoles, pero eso es otra historia. Por otra parte, el régimen político peronista, de indudable fundamento democrático, perteneció a la variante plebiscitaria, escasamente republicana y fuertemente autoritaria . El peronismo es un movimiento de jefe y su supuesto es que el líder posee una legitimidad que va más allá del sufragio. Esto lo coloca por encima de las instituciones de la República, concebidas precisamente para poner límites al poder. No extraña que muchos hablen de una tendencia a la dictadura. Su legitimidad proviene de la “nación” y del “pueblo”, uno e indivisible, que no admite en su interior ni partes ni intereses en conflicto. Movimiento y Estado son la misma cosa; por eso en los gobiernos peronistas es tan difícil diferenciarlos . El movimiento peronista se considera la nación misma, y por eso las “Veinte verdades peronistas” fueron declaradas “Doctrina nacional”. Los disidentes u opositores son ajenos al pueblo, o mejor, sus enemigos. En palabras peronistas, son la “antipatria”. Esta violencia del lenguaje caracterizó toda la historia del peronismo, salvo algún receso ocasional. Sus adversarios recurrieron al mismo lenguaje excluyente, y la elección de 1946 se libró en un contexto de descalificaciones recíprocas. Pero el peronismo no hizo nada para detener la espiral -desperdició la ocasión que ofreció el radicalismo intransigente, que simpatizaba con sus reformas- y el autoritarismo plebiscitario y antirrepublicano emergió plenamente durante su primer gobierno . La lista de estos avances autoritarios sobre los derechos de la sociedad y los individuos ha sido hecha muchas veces, pero no es ocioso recordarla, para mirar el presente en ese espejo El peronismo descartó el Congreso como lugar de debate. Se deshizo de la Corte Suprema y subordinó al Poder Judicial. Reformó la Constitución para habilitar la reelección presidencial. Concentró el manejo de los medios de prensa; toleró a algunos diarios independientes, pero no dudó en confiscar al más reluctante, La Prensa, entregándolo a la CGT. Disciplinó y uniformizó a todas las organizaciones e instituciones sociales, incluyendo la escuela -donde La razón de mi vida ocupó el lugar de la religión- y las Fuerzas Armadas. Restringió los espacios de expresión de los partidos opositores y creó una sección especial de la Policía para desalentar a quienes quisieran manifestarse públicamente. Es necesaria una mención especial a algunos episodios donde la violencia subió varios puntos . Una multitud, de la que nadie luego se hizo cargo, incendió en 1953 la Casa del Pueblo, la Casa Radical y el Jockey Club, ante la mirada pasiva de la Policía y los Bomberos. Algo parecido ocurrió en 1955 con el incendio de varias iglesias católicas. En ambos casos se trató de respuestas reactivas a actos de salvaje violencia de sus opositores: una bomba en una concentración en 1953 y el bombardeo en la plaza de Mayo en 1955. Pero sabemos que el Estado que responde con la violencia en lugar de recurrir a la justicia comete un acto criminal infinitamente mayor. Hoy es fácil ver en la política cotidiana la traza de aquel primer peronismo . No necesito referirme al recodo de los años setenta, pues encuentro allí una guía suficiente para imaginar hasta dónde puede llegar el gobierno peronista actua l. No creo ni en códigos genéticos, ni en rasgos inmodificables, pero sí creo en tradiciones recuperadas y reivindicadas, valores acuñados y conductas consideradas aceptables deseables . En ese sentido, el peronismo raigal aparece hoy de manera cada vez más explícita. Es cierto que estamos todavía lejos de aquellos extremos. La cultura republicana de 1983 aún tiene su peso en la opinión. Pero lo que ocurre cada día es suficiente para preocuparnos por lo que vendrá.
La nueva división Internacional del Trabajo
Alberto Romero La nueva división internacional del trabajo
Lo que realmente caracteriza a la actual etapa del desarrollo son los cambios cualitativos, iniciados a partir de la década del cincuenta, más conocida como la época dorada, en el siglo XX. Es allí donde se origina la fuente principal de supremacía de las economías más desarrolladas sobre el resto del mundo. Por eso la principal ventaja de esas economías se ubica en el campo del conocimiento, materializado en los más importantes adelantos tecnológicos del momento y en el alto valor agregado tecnológico contenido en los bienes y servicios que producen y comercian. Los cambios tecnológicos surgidos después de la segunda guerra mundial en el siglo XX, modificaron profundamente la forma en que funciona la economía global tradicional. Esto a dado pie para que actualmente se hable de una "nueva economía", liderada por los Estados Unidos de Norteamérica. La nueva economía es vista ante todo como el conjunto de empresas y sectores económicos "estrechamente asociados con la revolución tecnológica digital y con el crecimiento de la Internet" . A diferencia de la era industrial de producción masiva, la "nueva economía" se caracteriza por el desarrollo de producciones flexibles, capaces de reaccionar oportunamente a los cambios del mercado. Este esquema, llamado por algunos "postfordismo", ha sido posible gracias a la introducción de las nuevas tecnologías en los procesos, haciéndolos cada vez más "inteligentes". Al tiempo que se producen cambios profundos en la manera como funcionan los negocios, en el mercado laboral ha surgido un sinnúmero de nuevas profesiones, asociadas al manejo y desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación e información. De otro lado, al tiempo que avanza el proceso de concentración del conocimiento y de capitales mundiales en un puñado de potencias, en los países, especialmente en los menos desarrollados, se reproduce constantemente la economía informal, ante la incapacidad de la economía convencional de generar los puestos de trabajo necesarios. Cientos de miles de personas, carentes de garantías laborales, con ingresos mínimos e integrados indirectamente al capital transnacional y a la llamada economía subterránea, sobreviven en la jungla del capitalismo salvaje. A estos grupos sociales la globalización les llega por la puerta de atrás, a través de los representantes de las compañías extranjeras y de toda una constelación de distribuidores que tienen en los informales una fuente inagotable de fuerza de trabajo supremamente barata. En el nuevo esquema de división internacional del trabajo las mercancías han perdido su nacionalidad y ya no pueden considerarse estrictamente como de un país en particular. Como señala Reich, "en la economía tradicional de alto volumen la mayoría de los productos –como las compañías de las cuales provenían-tenían diferentes nacionalidades. Más allá de las fronteras internacionales que debían atravesar, su país de origen –el sello de la industria que habitualmente se imprimía en ellos-jamás se puso en duda. La mayor parte del trabajo que requerían dichos productos se hacía en un sitio, simplemente porque las economías de escala necesitaban un control central". En cambio, en la nueva economía de alto valor, "los productos se pueden fabricar eficientemente en diferentes lugares, y armarse de múltiples maneras a fin de satisfacer las necesidades de los consumidores en diversos lugares" y "los recursos financieros e intelectuales pueden venir de cualquier parte y sumarse de inmediato". Esto se facilita cada vez más gracias a las nuevas tecnologías de información y comunicación y de los sistemas de transporte-, En las "redes mundiales" los productos no son más que "combinaciones internacionales". Lo que se intercambia con mayor frecuencia entre las naciones no es tanto el producto terminado como "la especialización para resolver los problemas (investigación, diseño del producto, fabricación), para identificarlos (marketing, publicidad, encuestas al consumidor), y para coordinar los servicios (financiamiento, búsqueda, contrataciones), así como ciertos servicios y componentes de rutina, todo lo cual se combina para crear valor" Sin embargo, la profundización y desarrollo de las "redes" mundiales de producción de lejos no significa la globalización de los mercados. Como señala un informe de la CEPAL, en el terreno económico la dimensión más relevante de la actual situación a escala mundial es "la globalización incompleta de los mercados", como resultado de los cambios tecnológicos, así como "de la planeación crecientemente global de la producción y el mercado por parte de las grandes empresas transnacionales, de la reestructuración de los procesos productivos (la ruptura de las "cadenas de valor", que permite hoy realizar en sitios muy diversos fases de procesos antes localizados en un mismo sitio), y de la interacción de todos estos elementos con los cambios institucionales que los han acompañado" El problema de fondo en todo este proceso es el protagonismo de un pequeño grupo de países altamente desarrollados, al tiempo que la mayoría de las naciones en desarrollo deben conformarse con el papel de actores pasivos frente a la estrategia transnacional de dominio planetario. De esta manera, el factor predominante en la actual división internacional del trabajo continúa siendo el control de la producción, el comercio, los flujos de capital financiero, la inversión y, lo que es más importante, los mayores avances tecnológicos, por parte de las empresas transnacionales, lo que de hecho ha modificado sustancialmente el ordenamiento mundial, configurando una especie de división transnacional del trabajo, bajo la cual los procesos productivos y sus resultados aparentemente pierden la nacionalidad, debido a que el producto se elabora al mismo tiempo en varios países, pero parcialmente Aparte de este control (el cual corresponde no solo al presente), lo que más llama la atención es el contenido estructural de dicho proceso, más concretamente, "la importancia que en estos flujos están adquiriendo las denominadas operaciones internas de una red global en expansión: el intercambio de insumos y de bienes tecnológicos (resultados de la investigación y desarrollo) al interior de la empresa transnacional global, la cual se entiende no sólo como una empresa o conjunto de empresas ligadas por un centro de control financiero común" , sino también como "una compleja y extendida red de relaciones de competencia y colaboración (alianzas estratégicas) y que progresivamente se van integrando en vastos conglomerados o sistemas complejos de interdependencia en donde las tareas de investigación y desarrollo, las de producción, mercadeo y financiamiento se van compartiendo y configurando entidades económicas y organizacionales de vastas proporciones y de singulares atributos".
Formas de vida. El desierto
Entrevista a un Tuareg
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Ciencias Sociales. Hominización. ¿Quién fue Ardi?
Posted: 06 Oct 2009 09:00 AM PDT
Probablemente a estas alturas, muchos de ustedes ya estén enterados sobre la edición especial que la popular revista Science ha dedicado al Ardipithecus ramidus, un posible antepasado nuestro. Enfatizo posible porque en los medios se ha difundido una serie de errores respecto de este hominino, como que es el "eslabón perdido" o "el antepasado más antiguo del hombre".
Antes que nada, cabe destacar que éste no es un descubrimiento reciente. Los primeros restos fósiles de Ardipithecus ramidus fueron encontrados en 1992-1993 y recibieron su nombre científico en 1994. Con el tiempo se ha descubierto nuevos fósiles de la misma especie, todos en la región conocida como Depresión de Afar, en África Oriental. Por otro lado, Ardi es el nombre que se ha dado al fósil más completo de los encontrados, que corresponde a una hembra.
Buscando información confiable me topé con un muy buen artículo del blog El PaleoFreak que responde a todas las dudas que pueden surgir sobre las recientes noticias de Ardi. Cito tres de las más resaltantes:
¿Es Ardi el antepasado más antiguo del hombre?
No. La expresión "antepasado más antiguo del hombre", tan manoseada, no significa nada, no tiene sentido. Aunque el Ardipithecus fuera realmente antepasado nuestro siempre tuvo que haber un antepasado aún más antiguo, y otro aún más antiguo, etc., hasta llegar al origen de la vida.
¿Es por lo menos el fósil de homínido más antiguo?
Tampoco. Ardi vivió hace 4,4 millones de años, pero hay gran cantidad de fósiles de homínidos mucho más antiguos. Por ejemplo, el Orrorin tiene entre 6.1 y 5,8 millones de años. El Sahelanthropus está datado en 7 millones de años. También son homínidos bajo la clasificación actual simios como el Sivapithecus, de hace entre 8.5 y 12,5 millones de años.
¿Entonces no Ardi no es el más antiguo de nada? ¿No tiene ningún record destacable?
Sí. Ardi es el esqueleto fósil más antiguo que se conoce por ahora de un hominino. Los homininos (clado Hominina) son un grupo que incluye a los humanos y a varias especies extintas cercanas, pero no a los chimpancés ni a otros simios. Los homininos son bípedos, excepto los más primitivos, que en teoría podrían ser cuasi-bípedos o incluso cuadrúpedos. Los homininos más antiguos que Ardi no están representados por restos tan completos que puedan llamarse "esqueletos". Por eso a Ardi se le compara con Lucy, el clásico esqueleto de Australopithecus afarensis de hace 3,2 millones de años.
¿Es un antepasado de nuestra especie?
Los investigadores que han estudiado los restos han dicho "incluso si no está directamente en la línea que va hacia nosotros, ofrece nuevas pistas para entender cómo hemos evolucionado a partir del antepasado que común que tenemos con los chimpancés". Saben que, como casi siempre, las relaciones antepasado-descendiente entre especies fósiles son muy difíciles de comprobar, a menudo imposible con los conocimientos y técnicas de que disponen los científicos actualmente. Por eso no es muy adecuado afirmar con seguridad que era un antepasado. De todas formas el equipo es favorable a la hipótesis de que el Ardipithecus es un antepasado de los primeros Australopithecus, que a su vez serían antepasados del género Homo y por tanto de nuestra especie.
¿Es Ardi el antepasado común entre el hombre y los grandes simios, como dice por ejemplo el Diario Montañés?
En absoluto. Llamamos grandes simios a los gorilas, chimpancés y orangutanes. Junto con el hombre pertenecen al grupo Hominidae. El último antepasado común de todos ellos es mucho más antiguo que Ardi, quizá de hace 14 millones de años (Ardi tiene 4,4 millones de años). Además, El Diario Montañés afirma que Ardi "releva a Lucy" como ancestro común de humanos y grandes simios; esto es absurdo porque los científicos jamás han considerado a Lucy (Australopithecus afarensis) un ancestro de los grandes simios.
¿Por qué este fósil rebate el "eslabón perdido", como dice National Geographic?
La idea clásica de "eslabón perdido" se refiere a una forma de rasgos intermedios entre el ser humano y los simios que supuestamente "falta" en el registro fósil y que los científicos estarían buscando para "probar" la evolución. El concepto no necesariamente se refiere a una forma intermedia entre el hombre y el chimpancé. National Geographic está usando un significado atípico de "eslabón perdido". De un modo que en mi opinión es algo tramposo, lo identifica con la hipótesis de que descendemos de ancestros muy similares a los chimpancés. Resulta que Ardi tiene una morfología distinta a la del chimpancé, más primitiva en algunos aspectos. Y como los autores sostienen que el Ardipithecus es un buen candidato a ancestro, la hipótesis de que venimos de un simio "chimpancesco" quedaría debilitada. Pero el concepto de eslabón perdido no necesitaba se rebatido: ya estaba científicamente obsoleto mucho antes de que se descubriera el Ardipithecus.
Pero El Confidencial dice que Ardi "nos acerca más al eslabón perdido". ¿En qué quedamos?
Se refiere a que nos acerca al antepasado común entre el hombre y el chimpancé. (Ése es uno de los "nuevos" significados de la expresión "eslabón perdido" que emplean varios divulgadores. Otro significado es "cualquier fósil transicional". Ninguno de estos significados se emplea en el ámbito científico). Los investigadores sostienen que el Ardipithecus está muy próximo al punto en el que se separaron los linajes del ser humano y el chimpancé. Por tanto, Ardi aportaría mucha información sobre el aspecto y el modo de vida de ese último antepasado común.
El País dice que el Ardipithecus no era como los monos actuales ¿Es cierto?
Sí y no; esa frase es tan imprecisa que la información que da es prácticamente nula. Llamamos monos a un conjunto enormemente diverso de animales y cada tipo de mono tiene sus características propias que tampoco "son" como el resto de los monos. Los investigadores del Ardipithecus han resaltado una serie rasgos que distinguen a este fósil de los grandes simios de hoy como el chimpancé o el gorila. Interpretan que Ardi, a diferencia de ellos, tenía colmillos pequeños y una espalda larga y curvada en lugar de corta y recta. Que en el suelo caminaba a dos patas y no a cuatro patas apoyándose sobre los nudillos. Y que en los árboles se desplazaba despacio sobre las ramas, en lugar de saltar colgándose de ellas, etcétera. En muchos otros aspectos, Ardi sí era "como los monos actuales". Por ejemplo, el tamaño de su cerebro era como el de los grandes simios, no como el de los humanos. En esta imagen se comparan los cráneos de un chimpancé hembra, Ardi y un humano actual. ¿Globalmente cuál se parece más a cual?
¿Es cierto que Ardi prueba que no venimos del mono, como afirma Periodista Digital y otros medios?
No, es falso. Lo que muestra Ardi, según la interpretación de sus investigadores, es que probablemente no venimos de animales muy semejantes al chimpancé (que caminan sobre nudillos y se cuelgan de las ramas a gran velocidad) sino de otras especies de simios menos especializados en su locomoción y más primitivos que el chimpancé. Ciertos medios filocreacionistas o simplemente mal informados han dado un salto estúpido desde "no venimos de simios similares al chimpancé" a "no venimos de los simios".
¿Cuál es la importancia de estos fósiles?
En primer lugar, aportan muchísima información sobre una especie que previamente se conocía poco.
En segundo lugar, si la interpretación de los autores es correcta, permite deducir bastantes cosas sobre el aspecto y el modo de vida de nuestros antepasados comunes con el chimpancé. Significaría que el bipedismo surgió primero en un simio muy arborícola que no se ponía a cuatro patas cuando caminaba sobre el suelo, sino que tendía a caminar erguido. Significaría también que los chimpancés son animales que han evolucionado (cambiado) bastante desde que su linaje y el nuestro se separaron. Y que tanto ellos como los gorilas y orangutanes se han convertido independientemente en braquiadores (animales que se mueven colgados de las ramas) especializados, que en el suelo se apoyan sbre los nudillos. Significaría que el chimpancé no es un buen modelo a la hora de estudiar cómo se desplazaban y vivían nuestros antepasados simios.
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Les recomiendo leer el artículo completo en El PaleoFreak.
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